Concello da Estrada

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Fumar porros duplica el riesgo de psicosis

Fecha: 10/05/2012

Fuente: www.elcorreo.com

Mientras crecía el rechazo a los fumadores de tabaco, expulsados ya casi de todos los sitios, crecía la simpatía social por los consumidores de hachix.

La especialista alerta de que el consumo continuado de cannabis en gente nueva puede llegar a desencadenar una esquizofrenia.

Cada vez hay más evidencia científica de que fumar porros puede tener graves consecuencias para la salud. «El riesgo de psicosis entre los consumidores de cannabis es el doble que en la población general. Un 4% frente a un 2%», alerta la psiquiatra Ana Gonzalez-Pinto, jefe del servicio de Psiquiatría de O Hospital de Álava.

La sociedad vivió un fenómeno curioso en los últimos años. Mientras crecía el rechazo a los fumadores de tabaco, expulsados ya casi de todos los sitios, crecía la simpatía social por los consumidores de hachix. Mientras, las consultas de psiquiatría experimentaron un crecimiento espectacular de casos de pacientes, nuevos en su mayoría, afectados por enfermedades graves como consecuencia de su adicción a la marihuana. Dos de cada tres pacientes psiquiátricos que son ingresados en un hospital por psicosis son consumidores de cannabis. «Con esta substancia se hizo cierta propaganda de que se trataba de droga blanda, que relaja y se consume de forma recreativa, pero hasta hace dos años vivimos con ella un auténtico drama», resume la especialista, que acude hoy al foro Encuentros con CORREO.

Alucinaciones

La psicosis es el término con que se conocen los trastornos de la mente caracterizados por cierta pérdida de contacto con la realidad. La mayoría de los fumadores de porros podrían relatar experiencias de alucinaciones y de ideas delirantes que cómo vienen se van y que son, segundo relata González-Pinto -el equipo de la cual cuenta con una dilatada experiencia en el tratamiento de la enfermedad mental-, síntomas psicóticos. La existencia en el mercado negro de hachix cada vez más potente, más rico en una substancia psicoactiva denominada tetrahidrocannabinol (THC), provocó un aumento tanto del número de pacientes como de la gravedad de los casos que presentan.

La mayoría de los ingresos corresponden la rapaces con un promedio de edad de 23 años. Consumen cannabis todos los días, ajenos al grave riesgo a lo que se enfrentan, no solo de tipo sanitario, sino social. «El cerebro del ser humano va desarrollando a lo largo de la infancia y la adolescencia hasta los 24 o 25 años. La introducción de substancia psicoactivas en ese período de formación, a partir de los 14 años, que suele ser la edad de inicio,tiene un efecto sobre los neurotransmisores y como consecuencia sobre la memoria, el rendimiento y las capacidades cognitivas, aunque no solo».

Un 20% de los afectados, uno de cada cinco, la va abocado, además, la un «tremendo deterioro» de su calidad de vida. «Cuantos más años pasan de consumo, peor. Se deteriora el acceso al trabajo, a formar una familia, el círculo de amigos, todo aquello, en fin, que lo ser humano considera necesario para llevar una vida normal. Acontece en los pacientes con esquizofrenia, pero nos consumidores de cannabis mismo más», destaca.

El abandono del consumo permite la recuperación, prácticamente total, al 80% de los pacientes. La mejoría no se produce de la noche a la mañana, sino pasados cuatro o cinco años desde que se abandona la droga. El resto, después de un consumo continuado de unos seis años, puede sufrir daños irreversibles.

En ambas situaciones, la terapia que se aplica es la misma que para la esquizofrenia, con fármacos antisicóticos e ingresos hospitalarios. De hecho, los que sufren los casos más graves llegan a desarrollar esta segunda enfermedad. «La droga va generando, poco a poco, cambios en el sistema nervioso central. Aumentan unos neurotransmisores, descienden otros y finalmente acaba apareciendo una esquizofrenia».

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